Cuenta una historia sobre un rey que guiaba a su ejercito en el campo de batalla. Este fué alcanzado por una flecha en el costado. Sus ayudantes fueron a socorrerle pero el rey no paraba de hacer preguntas: desde dónde vino, quién la lanzó, cómo pudo alcanzarle y no dejaba que nadie se la quitara hasta que sus preguntas acerca de la flecha, el arco y el arquero fuesen respondidas...así pues el hombre murió.
Lo único de lo que el hombre tenía que darse cuenta era que estaba dolorido y agonizante, y que tenía que hacer algo acerca de ello inmediatamente.