A veces tengo la luz del Sol en el entrecejo alumbrando todo en mi interior como una habitación palacial vacía. Insisto en llenarla de cuadros de felicidad, placer y satisfacciones pero nada de lo que yo pueda elegir perdura en ella...solo las casualidades y experiencias que no salen de esa habitación son las que perduran y brillan por si solas.
Nadie puede concebirlas ni imaginarlas por que yo a duras penas puedo sentirlas, y cuando lo hago, sé que la Humanidad se me queda corta en mi corta experiencia.
Cualquier animal lo concibo, tal vez idealizando, mucho más completo que un humano que lo único que hace es dar bandazos en su despistada concepción de si mismos tratando de vanamente completar su habitación a su gusto.
Quizás entiendas esto como un texto de insatisfacción cuando realmente es un texto de fé.
No pienso ir atrás en el texto. Ni tampoco retroceder en mis pensamientos.
Cuando veo con esa claridad, de la mano del insomnio, puedo ver cada cuadro de las personas que han pasado por mi vida,(expresión de sosiego que me transmite tranquilidad), mostrandome que a la insignificancia humana le completa un infinito mundo inmaterial tan real como vano y efímero que llena esa habitación que ya apenas puedo recordar.
Cuando leo la cabecera de este blog, se que no es tan vano esto que acabo de publicar aunque el pobre Unamuno era un alma de naturaleza hostigada...
hostigar.
1. tr. Dar golpes con una fusta, un látigo u otro instrumento, para hacer mover, juntar o dispersar.